Uso de insulina, mitos y verdades.

insulina

La insulina es una hormona que es formada en nuestro cuerpo por el páncreas y que tiene como función principal llevar la glucosa (azúcar) hacia el interior de las células para bajar sus niveles en sangre y poder usarla como energía o bien, almacenarla. Las personas afectadas con diabetes tipo 1 no poseen insulina, por lo que deben inyectarse día a día (insulino dependientes) y los diabéticos tipo 2, a pesar de tener insulina, son resistentes a su acción y además, con el tiempo, cuando no tienen un buen control metabólico, van agotando su producción hasta requerir insulina inyectable (insulino requiriente). En general, al comunicarle a un paciente diabético que debe usar insulina, la recepción de esta noticia suele ser negativa, pero hay muchos mitos que derribar sobre este fármaco y es muy necesario conocer las ventajas de su uso además de los riesgos.

La insulina es efectivamente un fármaco inyectable, su administración es subcutánea y no intramuscular, es decir es una aguja muy pequeña que se inyecta en la capa más superficial de la piel (“un rollito”) y esta administración no debería doler.

Para los diabéticos tipo 2, cuando se inicia terapia con insulina esto no significa necesariamente que será utilizada de por vida; muchas veces el inicio de la diabetes se presenta con un cuadro severo que debe ser manejado con insulina sólo al principio, pasando luego a fármacos orales. Así como también es de uso temporal en pacientes hospitalizados y en embarazadas. Incluso en aquellos pacientes usuarios de insulina, si mejoran su control con una buena dieta y plan de ejercicios, los requerimientos de insulina pueden disminuir de manera considerable.

Sí es necesario tener en cuenta que iniciar un tratamiento con insulina requerirá un mayor orden diario, es decir, autocontrol de glicemia frecuente, una alimentación más ordenada y seguir un plan de ejercicios acorde a las indicaciones del médico tratante y en relación a los controles para evitar sufrir cuadros severos de baja de azúcar (hipoglicemia). Si se informan bien los síntomas de este cuadro y el manejo rápido de la baja de azúcar, no deberían existir mayores complicaciones.   

También es importante destacar que algunos tipos de insulina generarán cierto aumento de peso, factor que el médico informa antes de iniciar el tratamiento y que puede ser regularizado cumpliendo bien la dieta  y el programa de actividad física indicado.

Recordar que independiente del tipo de diabetes, la insulina ayudará a regularizar mejor sus niveles de glucosa en sangre y así evitar complicaciones a largo plazo, principalmente complicaciones visuales, del riñón y nerviosas, lo que te permitirá vivir mejor a largo plazo.

Fuente: http://www.diabelife.com/3920/uso-de-insulina-mitos-y-verdades/

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